Sin duda alguna, la Topografía ha sido una de las profesiones que más se ha modernizado con las nuevas tecnologías. La aplicación de los satélites al posicionamiento global ha revolucionado el mundo de la geolocalización. Todos sabemos lo que es el GPS y podemos ubicar de manera sencilla cualquier lugar del planeta. Por otro lado, el GOOGLE MAPS nos permite navegar y visualizar con gran calidad de imagen, tanto desde las alturas como a pie de calle. Todo ello ha contribuido a que, lo que hasta hace tan sólo 20 años, para realizar una geolocalización precisa en coordenadas universales era un arduo trabajo de cálculos matemáticos, hoy en día cualquier adolescente lo tiene en la palma de su mano.
La profesión del Ingeniero en Topografía se ha desinflado de tal modo que se pueden ver a peones de obra con un GPS al hombro registrando datos de manera automática con total desconocimiento de cálculo. La función del Ingeniero Topógrafo en obra se limita a labores de cálculo en la oficina y algún replanteo complejo.
Desde este blog me gustaría animar a la contratación de verdaderos técnicos de la topografía para realizar las labores propias de la profesión. La imagen del topógrafo acompañado del auxiliar en la obra prácticamente ha desaparecido. Un GPS o una Estación Robotizada en manos de un auxiliar o peón creen que es suficiente para el control a pie de obra.
Hoy por hoy se ofertan puestos de Topógrafo en empresas para realizar la toma de datos, replanteos, marcajes, cálculos, diseños, valoraciones... por 1.200 €/mes. Hace diez años se hubieran quedado vacantes esas plazas y hoy, con suerte, accedes a una de ellas.
En mi humilde opinión, como Ingeniero Topógrafo que soy, con esos honorarios ridículos, me decanto por un puesto de cajero en Mercadona o como conductor de Cabify, con aire acondicionado y calefacción todo el año, sin responsabilidades, sin agobios... antes que estar pasando frío en invierno o calor en verano, o mojándome, tragando el polvo de las máquinas a diario, realizando constantes desplazamientos contrarreloj en coche con el consiguiente riesgo de accidente...
Sinceramente, la vocación es lo que nos arrastra a muchos de nosotros a continuar en la profesión.
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